25 abril 2013

Tortilla de patatas Vegana( Sin huevo)

Holaaaa amigos y amigas,  esta es la primera receta que subo. Tortilla de patatas vegana. Si..se puede hacer!!

Solo necesitamos:

-3 o 4 patatas medianas.
-4 cucharadas de harina de garbanzo( lo venden en herbolarios, o tiendas de frutos secos y aperitivos).
-Agua
-Sal
-Una gota de vinagre
-Una pizca de azafran( y si es colorante alimenticio, que sea vegano)
-Una cebolla o cebolleta( al gusto)




Empezamos: 

Se frie la cebolla en una sarten con abundante aceite y cuando esten blanditas se introducen las patatas y se fríen también.



Le ponemos sal al gusto.Para que se pongan blandas es bueno taparlo y ponerlo a fuego medio. Una vez que esta todo listo sacamos la sarten del fuego.


Cogemos un recipiente y le ponemos la harina de garbanzo,un poquito de sal si es necesario, una gota de vinagre( eliminara el sabor a garbanzo) y una pizca de azafrán( para que la tortilla no salga blanca).
Mezclamos todo bien con el agua y nos tiene que quedar una textura similar al huevo. Con todo esto listo le añadimos la patata y la cebolla eliminando el aceite sobrante. Mezclamos todo de nuevo y ponemos la sartel de nuevo al fuego. Añadimos la mezcla y con una cuchara le vamos dando forma redondeada. Cuando la tortilla este uniforme le damos la vuelva con un plato o tapadera y otra vez igual por la otra cara. Podemos bajar el fuego y que se haga bien por las dos caras. Hay a quien le gusta la tortilla mas cruda y a quien le gusta que este más solida, es cuestión de darle más fuego o menos y de tenerla más o menos tiempo.




Este es el resultado!!! Si os ha gustado podéis probar a añadirle más cosas, pimientos, calabacín, o embutidos de soja. Experimentad!!!

Cualquier duda escribid a manifiestoalalocura@gmail.com

24 abril 2013

Movimiento Anarquista en Israel y Palestina



Introducción:
Las ideas anarquistas llegaron a Palestina en los albores del siglo XX, traídas por la gran ola inmigratoria de Europa Oriental (Rusia, Lituania, Ucrania y Polonia).Las ideas de Piotr Kropotkin y León Tolstoi influenciaron sensiblemente a los màs reconocidos exponenentes del sionismo de izquierda, tales como Yitzhak Tabenkin, Berl Katznelson, y Mark Yarblum. El organizador del movimiento de autodefensa judío, Joseph Trumpeldor, que más tarde se convertiría en un prócer de la derecha israelí, era muy cercano al anarcosindicalismo, y hasta incluso alguna vez se declaró anarcocomunista. El anarquismo tuvo también su influencia en la constitución de los movimientos socio-políticos tales como Poalei Zion, Tzeirei Zion, HeHalutz, y Gdud HaAvoda. El movimiento embrionario de los kibbutz fue en su naturaleza un movimiento socialista libertario. En esa época, muchos sionistas de izquierda rechazaban la idea de establecer un estado-nación judío y promovían la solidaridad Judeo-Árabe.1 2

Los anarquistas en Palestina en los inicios del siglo, casi todos provenientes de Europa Oriental no tenían vínculos con el poderoso Movimiento anarquista Yiddish y habían adoptado el lenguaje hebreo, el cual no era muy popular entre los anarquistas judíos de Europa, muchos de los cuales se oponían a todas las formas de sionismo, y apoyaban a la cultura Yiddish de los judíos Ashkenazi. Durante las décadas de 1920 y 1930 todos vivían en kibbutz: por ejemplo, el famoso anarquista Aharon Shidlovsky fue uno de los fundadores del kibbutz Kvutzat Kinneret.

Durante la Revolución Española de 1936, muchos anarquistas viajaron a España para participar de la lucha contra Franco y el fascismo en las milicias de la CNT-FAI.

El filósofo antiautoritario austríaco/judío Martin Buber se estableción en Jerusalén en 1938. Buber se consideraba a sí mismo como un “sionista cultural”. Pero rechazaba la idea de un nacionalismo judío y fue un incondicional entusiasta de la solución binacional en Palestina.

Mientras muchos anarquistas eran agnósticos o vehementemente anti-religiosos, también hubo unos pocos anarquistas religiosos y pensadores libertarios que combinaron las ideas radicales contemporáneas con las tendencias anárquicas en la Kabbalah y el Judaísmo jasídico, como el caso del rabino Yehuda Ashlag, que llegó a Palestina en 1921.


El anarquismo en el Estado de Israel

Hasta la década de 1940 no había organizaciones anaquistas en Palestina. Un poco antes e inmediatamente luego de la fundación del Estado de Israel en 1948, llegó un flujo de sobrevivientes del nazismo provenientes de Europa Occidental, educados en la cultura Yiddish, entre los cuales el anarquismo tenía una presencia específica y manifiesta. En los comienzos de la década de 1950, los inmigrnates polacos conformaron un grupo anarquista en Tel-Aviv cuyo mayor exponente era Eliezer Hirschauge, autor de un libro publicado en 1953 sobre la historia del movimiento anarquista polaco. En los primeros años de la década de 1950 el anarquismo israelí tuvo como principal referente a Abba Gordin (1887-1964), escritor y filósofo, uno de los más destacados representantes del movimiento anarquista Yiddish. Gordin había sido el inspirador del movimiento anarquista pan-ruso y uno de los organizadores de la Federación Anarquista de Moscú (1918). A partir de 1925 vivió en Nueva York, adonde emigró desde la Unión Soviética, y donde publicaba una revista literaria y filosófica, Yiddishe Shriften (1936-1957), así como era un habitual colaborador del periódico anarquista más veterano en idioma Yiddish, el Freie Arbeiter Stimme (1890-1977).

En 1958 Abba Gordin se trasladó a Israel, fundando en Tel Aviv un círculo anarquista Yiddish, "Agudath Schochrei Chofesh" (ASHUACH), con una biblioterca con las obras clásicas del anarquismo en yiddish, hebreo y polaco, con una extensa sala para conferencias y reuniones. También publicó una revista mensual bilingüe (yiddish/hebreo) Problemen/Problemot, que dirigió desde 1959 a 1964. Durante este período el ASHUACH alcanzó los 150 miembros y acercó a centenares de personas la temática anaquista a través de conferencias de filosofía libertaria. Entre los tópicos más debatidos se encontraban, las "raíces espirituales del anarquismo" y "las vinculaciones entre el anarquismo y el Libro de los Profetas" (Neviim), y la Kabbalah. Problemen publicó narraciones y artículos sobre la historia del anarquismo, leyendas jasídicas, literatura judía medieval y cuestiones acerca de la literatura yiddish contemporánea.

Luego de la muerte de Abba Gordin, desde 1964 a 1971 la revista fue dirigida por Shmuel Abarbanel. En 1971, Joseph Luden (nacido en Varsovia en 1908) tomó su lugar; abrió una editorial que editó libros de ficción, poesía y literatura en yiddish. La revista pasó a llamarse solo Problemen porque dejó de editar su parte en hebreo. ASHUACH y Problemen estuvieron siempre en contacto con el movimiento anarquista yiddish y en particular con Freie Arbeiter Stimme de Nueva York y Dos Freie Wort de Buenos Aires. Con el tiempo Problemen se volcó más a la literatura que a la filosofía. Los lectores pertenecían a un amplio sector de la sociedad israelí. El escritor Leonid Podrydchik definió a Problemen como la mejor publicación israelí en idioma yiddish.[cita requerida]

ASHUACH llegó a su fin en la década del ’80. Los viejos anarquistas fueron muriendo uno a uno, y los jóvenes no conocían el idioma. El último número de la revista (el Nº 165) fue publicado en diciembre de 1989. Joseph Luden intentó continuar la tradición publicando Freie Stimme, pero solo salió un número en septiembre de 1991. Este fue el último periódico anarquista en yiddish del mundo.

El movimiento anarquista contemporáneo


El movimiento anarquista contemporáneo en Israel es pequeño, aunque muy activo. Una buena proporción de estos anarquistas son solidariamente activos con Palestina,destacando el grupo de activistas " Anarquistas contra el muro", colectivo creado en el 2003 para luchar contra el muro que comenzó a construir Israel en el area de Cisjordania, y en cooperación con activistas palestinos. Defienden la acción directa y utilizan sus acciones para difundir la idea anarquista. Por ejemplo el 3 de febrero de 2007 fueron a las principales calles en Tel Aviv, y las cercaron con alambre de púas fronterizo.A lo largo del año 2008 algunos de sus activistas sufrieron detenciones y denuncias por parte de las autoridades israelíes a causa de sus acciones en solidaridad con los palestinos.



Anarquistas Contra el Muro son completamente dependientes de las donaciones privadas de individuos particulares, ya que el dinero de los Estados y de otras instituciones no se aceptan como donativos. Las donaciones son especialmente para la asistencia jurídica de los detenidos activistas necesarios para el apoyo en sus procedimientos judiciales.
Además de estes grupo existen otros como Ma'avak Ehad; que es un grupo de afinidad anarquista en Israel.



Os dejo la página para conocer el colectivo: http://awalls.org/Espanol




23 abril 2013

Movimiento anarquista en Ucrania






Movimiento anarquista en Ucrania:

El anarquismo en Ucrania surgió principalmente en los inicios del siglo XX, aunque remonta su inspiración a anteriores levantamientos campesinos.


Los/as anarquistas participaron en la Revolución Rusa de 1905, sufriendo la represión que siguió a su derrota. Maria Nikiforova fue arrestada en esta época, así como Sasha Shapiro, padre del matemático anarquista Alexander Grothendieck. Nestor Makhno y otros anarcocomunistas continuaron sus ataques contra los aristócratas y capitalistas ucranianos.

Makhno siguió en actividad luego de la Revolución Rusa de 1917 en la zona de Guliaipolé, de población campesina. Se formaron comunas anarquistas por toda Ucrania, muchas de ellas con la suficiente productividad como para intercambiar productos textiles con los obreros de Moscú.


Cuando triunfa la Revolución rusa en 1917, Ucrania es un país muy diferente del resto de las otras provincias rusas. Se trataba de un territorio muy rico en recursos agrícolas, y en tiempos de guerra sus fronteras fueron el objeto del deseo de las potencias extranjeras: Alemania, Imperio austrohúngaro, Imperio otomano, Rusia e incluso Francia y Gran Bretaña; que veían al territorio como una inagotable fuente de provisiones.La revuelta que colocó a Aleksandr Kérensky al frente del gobierno republicano burgués en Rusia, en Ucrania se salda con el gobierno del "demócrata" Petlura, líder de la burguesía nacionalista. La revolución bolchevique que depone a Kérensky no se reproduce en Ucrania, dado que a pesar de haber proliferado los soviets (que ya funcionaban cuando Kérensky tenía el poder en Rusia) y haberse expulsado terratenientes, las tentativas de infiltración y control por parte del partido bolchevique fueron resistidas.


La mentalidad ucraniana era a su vez distinta a la de la mayoría de rusos, ya que el temor a agresiones externas y las continuas luchas fronterizas, desarrollaron una corriente de pensamiento más centrada en lo individual que en lo colectivo. El concepto de individualidad era latente en los belicosos campesinos, acostumbrados a defender sus campos de las tropas saqueadoras que incursionaban en operaciones relámpago a su territorio para aprovisionarse. Todo ello ocurría sin que el ejército zarista se dedicara a otra cosa que a defender las fronteras de la región.

La situación de indefensión desarrolló un marcado espíritu de independencia en la región, y la poca estabilidad a corto o medio plazo le quitaba sentido a la aparición de partidos políticos, que carecían de un marco territorial en el que implantarse. En estas condiciones, lo que se desarrolló fue un creciente sentimiento nacionalista, cuyo objetivo último era crear un estado independiente, es decir un marco territorial.

Pero en Ucrania existía una mayoría campesina acostumbrada a defenderse por su cuenta, a ser agredida por diferentes ejércitos en corto espacio de tiempo y a trabajar en conjunto con otros campesinos, hasta desarrollar pequeños grupos armados, especializados en defender los poblados de los intrusos. Para estos campesinos el Estado era una instancia ineludible, que periódicamente aparecía en los campos en forma de ejército para quedarse con una parte de la cosecha.

El nacionalismo era mayoritario en la zona norte, mientras que en el sur existía una mayoría anarquista, con fuerte influencia comunista (no bolchevique sino comunista libertaria). A finales de la Primera Guerra Mundial, entre diciembre de 1917 y enero de 1918, las guerrillas campesinas expulsaron a los grandes propietarios de sus zonas de influencia, repartiendo tierras e industrias.

Pero el 3 de marzo de 1918, Lenin firma el Tratado de Brest - Litovsk, que permite al eje austroalemán ocupar Ucrania. Inmediatamente las tierras vuelven a sus antiguos dueños, cuyos privilegios se refuerzan con el fin de mantener la neutralidad de la región mientras se prepara la vuelta del Zar. Con ese fin se nombra al Ataman Skoropadsky, que es un zarista convencido, como jefe de la RADA central( parlamento ucraniano posterior a 1917)

Los terratenientes a quienes se restituyó, se agruparon con el beneplácito de la RADA para cobrar venganza sobre los insurrectos que les quitaron las tierras. El amparo legal de la RADA era normal, teniendo en cuenta que los insurrectos eran potenciales rebeldes y debían ser eliminados para evitar la reedición del caso ruso, si el zar finalmente regresaba a Ucrania.

Además de la represión del Ejército Verde nacionalista, pagado por los terratenientes y al servicio de Kiev, los campesinos sufrieron los azotes continuos de las tropas de ocupación alemanas y austríacas. La presión de estos distintos ejércitos fue tan asfixiante sobre los campesinos del sur adheridos a la Revolución que, de la iniciativa común, se plantean posibilidades de unir a todos los anarquistas.

Durante junio, julio y agosto de 1918, la represión de la RADA ucraniana fue sangrienta y muchos anarquistas fueron ejecutados. En ese punto es fundamental que los campesinos se unan entre sí pues de lo contrario los más destacados activistas serán aniquilados y el movimiento morirá.

La necesidad de una cierta unificación frente a la inclemente represión, es lo que lleva a los campesinos de Gulai-Pole a organizarse en torno a una idea política, que se desinteresa por completo y considera prescindibles aspectos como la desigualdad social y los prejuicios nacionales, religiosos o políticos.

En Gulai-Pole, en verano de 1918, por primera vez los campesinos anarquistas no se reúnen para plantear un conflicto militar contra un ejército agresor, sino para tomar partido activamente en la guerra que debía librarse contra el totalitarismo y los tiranos de la RADA.


El inspirador del Ejército Negro fue Néstor Ivánovich Mahjnó, quien aglutinó los deseos de los campesinos, contrarios a la restauración pretendida por el Ejército Blanco.

En este punto, el papel militar de Majnó que había adoptado en sus primeros años pasó a ser uno organizacional. El primer congreso de la Confederación de Grupos Anarquistas, con el nombre de Nabat ( "El campanazo"o "toque de alarma"), emitía cinco puntos principales:

   1 El rechazo a todos los partidos políticos.
   2El rechazo de todas las dictaduras.
   3La negación de cualquier concepto de Estado.
   4 El rechazo de cualquier "período de transición" o "dictadura del proletariado".
   5 La autogestión de todos los trabajadores a través de los consejos de trabajadores (soviets).

Estos puntos estaban en claro contraste con las opiniones bolcheviques.
Esta forma de organizar la sociedad fue aceptada en el territorio conocido como "Territorio Libre" y se expandió rápidamente gracias al apoyo de los campesinos, y a raíz de la descomposición del Ejército Verde recibió a muchos nacionalistas que no se unieron al Movimiento Blanco.

En el Ejército Negro convivían dirigentes con formas distintas de entender la Guerra. Comandantes como Simon Karetnik, Alexis Márchenko, Grigory Vasilevsky, Borís Veretélnikoff, Peter Gavrilenko y Fedir Stchuss (todos, salvo el último, nacidos también en Gulai - Pole) simpatizaron al principio con los bolcheviques, igual que Majnó, que incluso se entrevistó con Lenin.

Otros jefes militares e ideólogos respetados por Majnó como Moise Kalinitchenko, Vasily Kurilenko, Víctor Belash y los hermanos Lepétchenko eran anarquistas que se manifestaban igualmente alejados ideológicamente de cualquier otro bando y no eran partidarios de ninguna alianza.

Majnó toleraba la libertad de sus compañeros para aliarse con los bolcheviques o combatirlos, pero jamás aceptaría cualquier tipo de simpatía hacia el Movimiento Blanco.


Organización interna y recursos militares

La organización interna del Ejército Negro se basaba en tres principios esenciales:
1º) El voluntariado
2º) La elegibilidad de todos los puestos de comando
3º) La disciplina libremente consentida.
Grupo de Combate del Ejército Negro.

El Voluntariado: Todos los combatientes eran voluntarios, no se obligaba a nadie a integrarse al ejército.

La Elegibilidad: Los comandantes de las unidades, los miembros del Estado Mayor y del Consejo de Insurgentes, y en general cuantos ocuparan puestos importantes, debían ser elegidos o bien aceptados por los insurgentes de la unidad respectiva y por el conjunto del ejército.

La Disciplina libremente consentida: Todas las reglas de la disciplina eran elaboradas por comisiones de insurgentes y posteriormente validadas en asambleas militares. Una vez establecidas, debían ser rigurosamente observadas bajo la responsabilidad personal de cada insurgente y de cada comandante.

A nivel militar, se componía de unidades de alto poder combativo.

El Ejército Negro disponía de Divisiones de Infantería, Caballería y Artillería.

Cada División se componía de 3 Brigadas, de 3 Regimientos cada una. Cada Regimiento se componía de tres Batallones.

La Infantería y la Caballería se desplazaban a la misma velocidad, ya que las unidades de Infantería recorrían largas distancias en unos carruajes ligeros (tatchanki) elaborados en el Sur de Ucrania. De este modo la Infantería podía avanzar unos 75 kilómetros al día, y en caso de necesidad podían ser más de cien.

La Caballería era considerada como una de las mejores del mundo, tenía su propio cuerpo de élite (la "Sotnia Negra") formado por 100-150 jinetes.

Se estima que en 1919 más de 25.000 ucranianos combatían en el Ejército Negro, cuyo aparato militar disponía de 48 cañones de campaña (móviles), 4 trenes blindados, 4 carros blindados y más de un millar de ametralladoras.

La capacidad de movilización del Ejército Negro era muy alta, y por otra parte era normal que grupos de campesinos se unieran entre sí y provocaran escaramuzas defendiendo la bandera negra. También se acostumbraba a rotar las tropas, debido a que la mayoría de campesinos ucranianos tenían experiencia en combate, al haber participado en la I Guerra Mundial.

La rotación de tropas consistía en devolver a los combatientes cansados a los poblados para cuidar de las familias y trabajar los campos, por un periodo de dos a tres semanas.

Algunas fuentes citan que más de 100.000 personas combatieron en el Ejército Negro durante la Guerra Civil, ya que debe ser tenido en cuenta que los campesinos, aunque muchos no fueran combatientes regulares, eran el entramado logístico del Ejército.




Relación con los bolcheviques

El 3 de marzo de 1918, mediante el Tratado de Brest-Litovsk, los bolcheviques cedieron Ucrania al Imperio austrohúngaro. Las fuertes corrientes anarquistas y revolucionarias del pueblo ucraniano que meses atrás se aliaron con los bolcheviques y lucharon a su lado, fueron aplastadas por el poderoso ejército austríaco.

El 28 de septiembre de 1918 los makhnovistas del Ejército Negro, la mayoría campesina, aprovechan la descomposición de Imperio austrohúngaro para volver a hacerse con el control del sureste de Ucrania. Durante ese tiempo mantienen continuos enfrentamientos con tropas nacionalistas del Ejército Verde, aunque apenas una semana después las tropas austríacas acuden en auxilio de los nacionalistas Verdes y recuperan la soberanía sobre el territorio. ‎ Un mes y medio después de la capitulación austrohúngara ante los aliados occidentales, el Ejército Negro vuelve a hacerse con el control de parte del país, durante la Navidad de 1918, pero el 29 de diciembre Makhno vuelve a ser derrotado por las tropas del Ejército Verde.

El Ejército Negro era una fuerza independiente, aunque puede entenderse que complementaria del Ejército Rojo en tanto que ambos compartían un enemigo común. Uno de los ejemplos más claros de su cooperación se vivió en febrero de 1919, cuando los bolcheviques cedieron varios regimientos al Ejército Negro para su lucha contra el Movimiento Blanco. La idea fue propuesta por el Estado Mayor de Moscú, y aceptada con alborozo por los makhnovistas.

En esas fechas, con motivo de la incautación de varios vagones de trigo a las tropas de Denikin, el Consejo de Insurgentes determinó enviar el alimento a los miembros del Ejército Rojo que combatían en Rusia.

Cada vez que los makhnovistas liberaban una localidad, colgaban carteles en los que se podía leer:

    La libertad de los campesinos y de los obreros les pertenece y no puede ni debe sufrir restricción alguna. Corresponde a los propios campesinos y obreros actuar, organizarse, entenderse en todos los dominios de la vida, siguiendo sus ideas y deseos (...). Los makhnovistas sólo pueden ayudarlos dándoles consejos u opiniones (...). Pero no pueden, ni quieren, en ningún caso, gobernarlos.



Pese a que la historia oficial soviética siempre recalcó que ambos ejércitos eran uno solo, la realidad es que eso es falso. Los bolcheviques se sabían cada vez más débiles, combatiendo en el Este y en el Oeste contra el Ejército Blanco y sus aliados, y carecían de infraestructuras y recursos para equipar, trasladar y alimentar efectivos con los que defender el Sur del país.

La posibilidad de que el Ejército Negro y el Ejército Verde pelearan contra los ejércitos blancos en Ucrania era la deseada por los bolcheviques, por lo que los soviets siempre se mostraron generosos a la hora de ofrecer hombres a cualquiera de esos dos bandos.

Los bolcheviques respetaban la bandera negra y el territorio conquistado por el Ejército Negro. A cambio, el Consejo de Insurgentes permitió instalar un soviet provisional en su territorio: El Soviet Militar Revolucionario de los Obreros y Campesinos Insurgentes.

Lo que en un principio fue un soviet de carácter ejecutivo de carácter anarco-comunista, no tardó en provocar conflictos entre campesinos y obreros, ya que los campesinos makhnovistas no reconocían ninguna autoridad superior a ellos, salvo la que ellos se quisieran imponer. Por otro lado el Soviet Militar Revolucionario de los Obreros y Campesinos Insurgentes tenía la obligación de aplicar leyes y restricciones de libertad ordenadas desde Moscú.

El Ejército Negro, si no fomentaba, al menos no impedía la violencia campesina sobre los comunistas y sus aparatos políticos. A juicio de los bolcheviques Makhno se comportaba con excesiva autonomía, pues desarrollaba actividades que pronto chocaron con los comisarios políticos enviados por el Ejército Rojo desde Moscú. El aspecto esencial, es que Makhno no ordenaba coaccionar la libertad de actuación de los campesinos y acudía en su defensa cuando eran agredidos.

Eso provocó numerosas escaramuzas entre prosoviéticos y anarquistas, lo cual implicó un conflicto político. El conflicto político lo provocaron los comunistas, al acusar sus periódicos a Makhno de planear una alianza con el Movimiento Blanco.

Fue otra de las falacias bolcheviques, ya que tales conversaciones nunca existieron. Existió cierta afinidad entre ciertas facciones del Ejército Verde y el Ejército Negro porque ambos querían eliminar a los extranjeros (soviéticos y europeos) del territorio ucraniano, si bien era imposible un acuerdo al representar el Directorio Político ucraniano (brazo político del Ejército Verde) ideas mencheviques, incompatibles con el anarquismo de Makhno.

La traición bolchevique y el fin de la revolución Ucraniana.

A mediados de octubre de 1920, el Ejército Negro al mando de Majnó combate al Ejército Blanco liderado por el Barón de Wrangel y comandado por el General Drozdov, derrotándolo y capturando más de 4.000 prisioneros. El Ejército Blanco se retiró a la península de Crimea, cuya puerta de acceso era la ciudad de Perekop.

Actuando conjuntamente pero bajo banderas distintas, los ejércitos Rojo y Negro se repartieron la tarea: mientras el Ejército Rojo sitiaba la ciudad, el Ejército Negro se encargaría de tomar las posiciones del estrecho de Sivash (Generales Alekséi Márchenko y Tomás Kojin) y la de Simferópol (General Simón Karétnik), lo que sólo era posible cediendo muchas vidas.

El 13 y el 14 de noviembre de 1920 el Ejército Negro tomó ambas posiciones y aisló al Ejército Blanco de Wrangel en Perekop, provocando su huida.

El Ejército Rojo tomó la ciudad sin sufrir bajas, y envió 150.000 efectivos desde Rusia. En esos momentos, el Ejército Negro no contaba ni con 5.000 hombres organizados, y acababa de derrotar al Ejército Blanco (muy superior en número) después de una guerra de 9 meses.

Después de derrotar al Ejército Blanco en Simferopol, Simón Karétnik es llamado por el Ejército Rojo en la noche del 25 de noviembre, para asistir a un Consejo Militar mediante el cual adecuar las condiciones futuras en favor de la convivencia de los ejércitos Rojo y Negro, y las sociedades anarquistas y comunistas, una vez expulsados los Blancos. En el trayecto es apresado por los bolcheviques.

El 25 de noviembre el Ejército Rojo impone un Estado Mayor único para ambos ejércitos, algo que el Ejército Negro no acepta.

Simón Karétnik es fusilado en Melitópol, igual que Pedro Gavrilenko, el día 26 de noviembre.

El 26 de noviembre de 1920 se produce un ataque del descansado Ejército Rojo a todas las posiciones del Ejército Negro en Crimea. La proporción es de 30 bolcheviques por cada anarquista. La victoria de los bolcheviques es inevitable. El potente ejército de Márchenko, quedó reducido de 1.500 a 250 hombres.

Cuando el Ejército Rojo ataca Gulai - Pole, allí se encuentra Majnó junto a unos 250 efectivos de Caballería. En una relación numérica muy desfavorable, la caballería del Ejército Negro se enfrentó a las fuerzas de caballería bolcheviques y rompió el cerco enemigo. Gulai - Pole cayó en manos enemigas, pero Majnó consiguió huir.

El 7 de diciembre las tropas de Alekséi Mártchenko y Néstor Majnó se encuentran en Kermentchik, la desolación de Majnó es absoluta al ver que su caballería ha sido virtualmente aniquilada. Martchenko, al bajar del caballo para saludar a Majnó, dijo: "Sí, hermanos. Ahora sabemos bien lo que son los comunistas". Los restos del Ejército Negro quedan aislados. Sólo quedaban 2.000 hombres para combatir con los 150.000 efectivos del Ejército Rojo.

Los restos del Ejército Negro (también conocido como Ejército Insurreccional o Insurgente, como majnovistas) se reúnen de nuevo a las órdenes de Majnó, que completa una unidad de 1.000 soldados de caballería y 1.500 de infantería. A partir de la primera semana de diciembre son atacadas las posiciones más importantes del Ejército Rojo en la zona de Gulai - Pole. En ese ataque muere Aleksandr Kaláchnikov, uno de los miembros más destacados del Consejo de Insurgentes.

El día 6 de diciembre el Ejército Negro ha recuperado parte de sus territorios, entre ellos Gulai - Pole, y Lenin ordena el envío de refuerzos desde Moscú.

A mediados de diciembre de 1920 el Ejército Rojo reconquistó las posiciones que la semana anterior le arrebató el Ejército Negro, cuyos seguidores y supuestos simpatizantes fueron masacrados. Parece correcto considerar esta fecha como el fin del Ejército Negro, ya que a partir de entonces (ante la desigualdad numérica) los anarquistas se organizaron en forma de guerrilla, formando comandos de menos de 100 hombres.

Las fuerzas comandadas por Majnó se vieron obligadas a combatir durante más de 15 horas seguidas, y cualquier daño que consiguieran causarle al Ejército Rojo era insignificante ya que los bolcheviques sólo combatían en esa guerra, una vez eliminado el Ejército Blanco. Se estima que existían enfrentamientos cada día, y que en cada enfrentamiento las fuerzas rojas superaban en 4 ó 5 veces los efectivos anarquistas.

El desastre era una cuestión de tiempo. Se conocen victorias muy meritorias de Majnó, que llegó a hacer más de 20.000 prisioneros. Se sabe que más de 3.000 de estos prisioneros se unieron al Ejército Negro, así como que (debido a la imposibilidad de alimentarlos y debido a la lentitud que supondrían para las tropas) los prisioneros que no querían unírseles eran liberados después de haber sido desarmados.

A partir de entonces las tropas que custodiaban a Majnó se dirigieron al Oeste. Tras ocho meses de guerrilla y persecución ininterrumpida, en agosto de 1921 alcanzaron la frontera rumana. Majnó cruzó la frontera con un tobillo roto y varias heridas de proyectil, la más importante en el cuello.

Gregorio Vassilevsky, amigo personal de Majnó en quien éste solía delegar el Mando del Ejército, murió en un enfrentamiento con tropas del Ejército Rojo cerca de Kiev, en diciembre de 1920.

Alexis Martchenko, general jefe de la caballería del Ejército Negro desde 1918, fue muerto en febrero de 1921 por el Ejército Rojo en una emboscada. En la primavera de 1921, Pedro Rybin fue arrestado por la cheka y fusilado días después en Járkov. Tomás Kojin, comandante general del Cuerpo de Ametralladoras, es gravemente herido en combate en mayo de 1921, y desaparece. Basilio Kurilenko, héroe de la guerra contra Denikin, muere en un enfrentamiento con el Ejército Rojo en junio de 1921. También en junio de 1921 muere Fedir Stchuss, anarquista de origen ruso y amigo personal de Majnó, en un combate contra fuerzas del Ejército Rojo.

El fin del Ejército Negro no fue el fin de los majnovistas. La guerrilla majnovista siguió combatiendo hasta 1924.

En el libro del sociólogo argentino Christian Ferrer, se expone que componentes en el exilio de lo que fue ejército majnovista actuaron como brigadistas internacionales durante la Guerra Civil española; estos ucranianos formaban parte de una compañía comandada por el «teniente Shevchenko» dentro del Batallón Mickiewicz-Palafox, de la XIII Brigada Internacional o Brigada Dabrowski, que cruzó los Pirineos tras la caída de Cataluña, y que participaron en la Resistencia contra el nazismo.

Según el historiador franco-búlgaro, Frank Mintz, incluso durante la Segunda Guerra Mundial, el impacto makhnovista apareció, puesto que "grupos de guerrilleros ucranianos blandieron aún la bandera negra y lucharon a la vez en contra de los nazis y de los estalinistas" (p.303), uno de estos grupos partisanos fue organizado en 1943 en los alrededores de Kiev por el makhnovista Ossip Tsébry. Cuando Stalin murió en 1953, hubo una gran insurrección en el Gulag en la que se vio una bandera negra con el nombre de "Majnó" escrito.


Actualidad

Tras este periodo el movimiento anarquista sufre una gran decadencia, y una posterior reorganización y actualmente existen grupos anarquistas de diversas índole feministas, grupos de ateos y cercanos al anarcosindicalismo. A su vez existen individualidades que mantienen contactos con grupos anarquistas Rusos.
Uno de los grupos más conocidos es :Svobodna http://svobodna.org.ua/ (Página en ucraniano,de un colectivo anarcofeminista; la comparto por el interés que pueda despertar).

15 abril 2013

Movimiento anarquista en Corea

El contexto regional del sudeste asiático ofrecía una gran influencia para que los anarquistas en Corea profundizaran sus niveles organizativos y proyectos revolucionarios. Baek Jeong-gi (1896-1934), un experimentado referente del movimiento anarquista coreano fue un ejemplo de ello. “Gupa”, como era conocido en la jerga militante, se encontraba para 1925 exiliado sumándose a la Unión Anarquista en Shanghai, China. Hacia julio de ese mismo año comenzaban oleadas de huelgas generales del movimiento obrero de Shanghai y Baek Jeong-gi ya estaba activando en la metalúrgica que trabajaba afiliado a su sindicato. Las masivas huelgas generales en China con participación del activismo anarquista (Unión Anarquista de China), las huelgas obreras en Japón, la apertura de la Universidad Nacional Obrera de Shanghai en 1928 impulsada por el anarquismo chino, el Movimiento de Autodefensa de las Comunidades Rurales en Quanzhou, China en 1927-1928, y la creación de la Sección de Beijing de la Alianza de la Juventud Negra.

La vitalidad del movimiento anarquista coreano se centra, esencialmente, en torno al profundo deseo de independencia en ese país. Esta fuerte influencia nacionalista en el movimiento anarquista –que data de la más pura tradición de Bakunin y Kropotkin- ha causado, y aún causa, confusiones. Al desear influir sobre un un potente movimiento nacionalista desde adentro, siempre existe el riesgo de ser influenciado de vuelta por el nacionalismo. Makhnó también enfrentó este problema y supo como resolverlo. Los anarquistas coreanos continúan la lucha en contra de una dictadura capitalista pro-EEUU en el Sur, y una dictadura pro-URSS en el Norte.

 Una revolución libertaria a la coreana

A la hora de revisar los componentes de la gesta de la Comuna podemos ver en un primer sentido la influencia de los anarquistas que volvieron del exilio como un factor que dio impulso las luchas sociales y disputas políticas por el futuro de la región. Por un lado los anarquistas que volvían de de un Japón o un Shanghai en pleno proceso de industrialización, con un movimiento obrero fuerte y movilizado iban a insistir en el carácter de las luchas desde el incipiente movimiento obrero coreano. Los otros exiliados provenientes del resto de China irían a proponer una lucha tanto anticolonial como la inserción social en el medio rural para impulsar luchas desde los movimientos campesinos.
Por otro lado algunas de las bases teóricas del anarquismo coreano esbozadas a comienzos del siglo XX retratan la lucha cultural e identitaria frente al avasallo del colonialismo japonés. Un ejemplo de ello es el “Manifiesto de la Revolución Coreana” (Joseon Hyeong-myeong Seoneon), escrito por el histórico militante anarquista Shin Chae-ho que expone cabalmente el papel revolucionario de un pueblo con fuertes raíces culturales invadido por un ejercito invasor.

También destaca el internacionalismo militante en cuanto a establecer alianzas con el anarquismo Japonés, Chino, Vietnamita y Taiwanés. Se defiende también fuertemente el carácter antiimperialista de sus luchas planteando una guerra social contra el imperio Japonés que ejercía un sistema de dominio en toda la región, rechazando las atrocidades cometidas por el ejército invasor.

CONSTITUCIÓN Y DEFENSA DE LA REGIÓN AUTÓNOMA DE SHINMIN

Las condiciones para desarrollar un proyecto revolucionario libertario estaban dadas en la región sur de la Manchuria china lindante con el norte de Corea.

La región de Manchuria fue disputada a lo largo de la historia por reyes y gobernantes japoneses, rusos, chinos y coreanos. La misma, hasta la invasión definitiva del ejército japonés, era una zona agrícola especial para los cultivos de grandes planicies en tierra fértil donde el arroz y el maíz eran algunas de las producciones agrícolas más importantes.

Luego de la extensión de las vías del ferrocarril hasta Port Arthur (Rusia) la zona comenzó a ser cada vez más un terreno de disputa militar para las potencias de oriente.

Las clases dominantes de Japón, que estaban viviendo para 1920 un momento de auge y crecimiento económico y de expansión territorial para su imperio decidieron abocarse a la conquista permanente de toda Manchuria con el fin de controlar políticamente las áreas hostiles en disputa y de esta forma poder expandir cada vez más su mercado e industria hacia la región.

La zona precisa donde se sientan las bases de la Comuna Autónoma de Shinmin se localizaba donde había estado alguna vez Younggotap, la capital del viejo reino Balhae y actualmente Jilin -una de las tres provincias chinas de la región de Manchuria (o Dongbei Pingyuan en chino). La misma era una zona donde residía gran parte de la población coreana exiliada -que superaban los 2 millones-.

Kim Jwa-jin(un experimentado soldado antiimperialista) fue convocado en multitud de ocasiones por las distintas facciones independentistas para brindar apoyo militar. Sin embargo decidió apostar políticamente al proyecto de la FACK( Federación anarco-comunista de Korea) y hacia 1929, junto a otros generales como Lee Bom-sok, disolvió el Ejército del Norte y pasó a defender -como General del ejército de autodefensa- la zona liberada de Shinmin, erigida ya en Provincia Autónoma sin un Estado central. Su papel en ese momento fue el de comandar el aspecto militar de la resistencia de los habitantes de la comuna. Sin embargo su inquietud por la cuestión social lo hizo acercarse al proyecto emancipatorio bien de adentro.

En este contexto de resistencia armada y revolución social es que se constituye en agosto de 1929 el Consejo o Asamblea para el Autogobierno de los Coreanos en Manchuria -AACM-(Han-jok Cha-ji Ryong-hap-hoe). Esta era una asociación administrativa basada en un “acuerdo con el principio de libre federación sustentada en la libertad espontánea del hombre”.[16] Este tipo de administración que tenía poco que ver con la conformación de un Nuevo Estado -como era el planteamiento a esa altura del marxismo y otras corrientes- permitió a millones de habitantes constituirse en una organización descentralizada y federal. Sus principios eran  completamente antagónicos al capitalismo y al socialismo de estado y adquirió ciertos niveles de complejidad a medida que se fue estructurando territorial e internamente.

La relación entre las diferentes comunidades y el sistema de decisión de cada una de ellas requirió de la puesta en práctica de una especie de federalismo libertario a través de la constitución de 3 niveles de consejos: Consejos Municipales o de Aldeas (de acuerdo a cada localidad), Consejos Distritales (de un conjunto de localidades muy cercanas) y Consejos de Área o Regionales (que abarcaba la región con el conjunto de Distritos). De esta manera se eliminó la estructura del Estado central, los Estados regionales y Estados locales y se promovieron juntas de decisión de democracia directa.

En las problemáticas laborales-productivas y en la planificación de la economía y el aprovechamiento de los bienes sociales y recursos naturales se practicaron novedosas formas de funcionamiento en base a los diferentes ámbitos de trabajo. En este sentido, no sin inconvenientes, se llegó a practicar la autogestión campesina en gran parte de los servicios públicos y las plantaciones de arroz y maíz. En esta instancia a través de delegaciones de la AACM (mediante fondos recaudados seguramente a través de expropiaciones en la ciudad) llegaban grandes molinos para procesar arroz, algunos hasta para 1000 toneladas lo cual representaba todo un avance tecnológico para la comunidad rural.

Cada necesidad vital o problemática social requirió del armado de nuevos concejos para resolverlo según los interesados: Concejos de Agricultura, de Educación, de Finanzas, de Propaganda, de Asuntos Militares, de Juventud, de Salud Pública, entre otros.

Si bien la idea original fue que a través de la formación, la sociedad en su conjunto iba a practicar de manera conciente las diferentes fases y niveles del federalismo, el acotado tiempo de la guerra en la región apuró la formación de esas estructuras. Un ejemplo muy frecuente de ello era el traslado de delegados de un municipio a otro para instar a organizar rápido los concejos y asambleas del pueblo, pretendiendo que se elija expeditivamente un delegado para la AACM. De este modo es lógico pensar que no se podía producir un proceso paulatino de experimentación y praxis militante adecuado para el sostenimiento político de una revolución social.



OCASO DE UN SUEÑO EMANCIPATORIO

El desarrollo organizativo y la expansión de la Comuna de Shinmin hicieron que los estalinistas coreanos y la burguesía nacionalista pro-japonesa empezaran a ver con malos ojos este nuevo ensayo. Los bolcheviques veían sobre todo en la AACM una amenaza que cooptaba “sus bases populares”. Los sectores cercanos a Yu Rim querían salir a dar batalla al estalinismo para prever contingencias a futuro.Los guerrilleros alineados al comandante Kim Jwa-Jin sostenían que la disputa con el marxismo se iba a dar una vez dada la independencia.

El 24 de enero de 1930 cuando Kim Jwa-jin –ya de 41 años- ayudaba a reparar un molino de arroz, según dicen financiado por los anarquistas, un militante estalinista de la Juventud del PC Coreano lo asesinó a sangre fría. Luego del asesinato de Kim, la FACK empezó a destinar a todos sus militantes repartidos en Corea, China y Japón a concentrarse en la zona de la Comuna. Lo mismo ocurrió con todos los recursos.

A partir de ese momento simultáneamente las tropas japonesas empezaron a atacar de manera sistemática desde el frente sur y las tropas estalinistas apoyadas por la URSS y el PC Chino (antes aliado de la FACK) desde el frente norte.

Hacia 1931 los estalinistas comenzaron a enviar infiltrados para asesinar a los referentes de la FACK. A mediados de ese año matan a Kim Jong-jin, ideólogo de la Comuna y referente de la FACK. Los comunistas creían que asesinando a los referentes anarquistas (según ellos dirigentes) la comuna no tardaría en caer.

El ejército comunista a pesar de haber llevado a cabo los asesinatos selectivos perdió terreno frente a las tropas japonesas hacia fines de 1932. Para fines de ese año el imperio japonés había tomado el control de toda Manchuria, convirtiéndola en un Estado títere imponiéndole al viejo emperador Puyi como gobernante.

Luego de la caída definitiva de los últimos poblados de la Comuna en  1932, numerosos militantes tuvieron que huir de la persecución que había de parte del ejército japonés pero también de los bolcheviques. Baek Jeong-gi permaneció en la clandestinidad organizando los “Cuerpos de Independencia de Izquierda” hasta que fue detenido y encarcelado por las tropas imperiales en la prisión de Nagasaki donde moriría de neumonía crónica hacia 1934.

Yu Rim, aquel referente de la juventud anarquista, fue encarcelado por 5 años y luego exiliado en China. Posteriormente volvería a dar pelea durante la dictadura nacionalista de Corea del Sur.

El resto de la militancia de la FACK fue perseguida cuando no aniquilada por toda la península.

La misma zona donde existió durante tres años la Comuna de Shinmin recibió la migración de empresarios japoneses que instauraron un desarrollo comercial, minero e industrial.

La población sobreviviente a las masacres del ejército japonés y los estalinistas comenzó a vivir un régimen de esclavitud, desnutrición y hostigamiento. Inclusive se llegó a denunciar que las empresas japonesas asentadas en el lugar fusilaban a los obreros que se encontraban enfermos para evitar gastos en salud.

No será sino hasta 1945 que el anarquismo coreano verá renacer de las cenizas un cúmulo organizativo en Seúl a través de la fundación de la Federación por la Construcción de una Sociedad Libre que promovía el control obrero de las fábricas.

Las huellas que ha dejado esta experiencia de revolución social al norte de Corea no cierran un capítulo de la historia del anarquismo en el sudeste asiático, sino más bien abren interrogantes acerca de los logros producidos durante el proceso de colectivización rural con una  participación de 2 millones de pobladores. Si bien la experiencia duró aproximadamente treinta meses y se desarrolló en un área comparable a la Provincia de Misiones (Argentina) creemos que son validos los intentos por recrear hechos tan poco conocidos y difundidos por la cultura y la información occidental. Menos que menos si se trata de impulso anarquista.

Durante la investigación -aún abierta- se vienen haciendo intentos de profundizar la comunicación y el intercambio de archivos y datos con diferentes entidades y personas en la actualidad que han trabajado sobre el tema. Una barrera representa claramente la lejanía geográfica, idiomática, cultural y temporal a la hora de intentar conocer balances contemporáneos hechos por el anarquismo del sudeste asiático. Solo sabemos que uno de los últimos hitos de la historia del anarquismo coreano ha sido la reconstrucción en la década de los 80´ de la federación Anarquista en la parte sur de la península.

Veg(etari)anismo


¿Qué es el veganismo?


El veganismo es un estilo de vida en el que rechazamos consumir productos de origen animal. No sólo en la alimentación, sino también en la ropa que compramos, los productos de higiene y limpieza o cualquier otro producto que contenga ingredientes de origen animal o haya sido testado en animales.

El veganismo es la puesta en práctica del respeto hacia todos los animales que pueden conllevar el sufrimiento y la muerte de millones de animales no humanos en granjas, mataderos, laboratorios de experimentación, redes de pesca, plazas de toros, espectáculos con animales y tantos otros ámbitos de la vida en el que los animales son explotados desde el día que nacen hasta su muerte. No participar en ninguna de estas maneras de generar sufrimiento está en nuestras manos adoptando un estilo de vida vegano.

Es un estilo de vida que nos convierte en consumidores conscientes y críticos con el mundo que nos rodea. Un estilo de vida ético que asume la responsabilidad de que los animales importan y tienen derechos que no podemos pasar por alto.

El ser humano ha relegado a los demás animales a la categoría de “cosas” de las que obtener comida, vestimenta, diversión, medicinas a través de experimentos en ellos.

Pero esta situación genera la mayor injusticia de las que el ser humano es responsable. Miles de millones de animales vienen al mundo anualmente exclusivamente para ser consumidos. Sus necesidades y sus derechos son literalmente pisoteados o, en todo caso, tenidos en cuenta de manera tibia para calmar la conciencia de nosotros los consumidores.

¿por qué no hacerlo?

Nos hacemos veganos y veganas para rechazar la discriminación ancestral a la que el ser humano ha condenado al resto de animales. Porque el hecho de que esta discriminación exista desde siempre no la legitima. Como cualquier otra injusticia no es legitimada por el hecho de que haya existido durante mucho tiempo.

Si los animales te importan lo justo es que los tengas en cuenta. Pero tenerlos en cuenta no puede quedarse a medias. No hablamos de que ellos importen “pero menos”. Los animales son seres capaces de sentir el dolor y de buscar vivir sus vidas tal y como necesiten vivirlas. Como todos nosotr@s. Esto es lo único que nos debe importar a la hora de decidir si alguien importa o no. Poner en práctica ese respeto significa en la práctica adoptar el veganismo como estilo de vida.

Ser vegano o vegana está en manos de tod@s y cada un@ de nosotr@s. Es una decisión ética guiada por la justicia. Porque es justo dejar de formar parte de aquello que hace sufrir a l@s demás.

El veganismo ha sido defendido al menos desde principios del siglo XIX, y desde 1944 existen asociaciones veganas. Ya han nacido y vivido, pues, varias generaciones de veganos y veganas, que han gozado de buena salud. Esto debería ser, a estas alturas, una evidencia más que de sobra para concluir que el veganismo es una opción ética perfectamente sana.

Pero existen además otras evidencias, de tipo científico, que muestran que esto es así. La organización de dietistas más importante del mundo, la Asociación Estadounidense de Dietética (ADA, en sus siglas en lengua inglesa) lleva insistiendo ya desde 1980 que la idea de que el veganismo no resulta sana carece de fundamento. Lo ha hecho en una serie de informes que constituyen la fuente más fiable que podemos encontrar acerca de esta cuestión, en los que ha indicado explícitamente que las dietas veganas son saludables y nutricionalmente adecuadas.

El posicionamiento de la Asociación Estadounidense de Dietistas ha sido respaldado con posterioridad por otras asociaciones de especialistas de la dietética de distintos países, entre ellas la AEDN, la Asociación Española de Dietistas y Nutricionistas.

Debemos tener en cuenta que ni la ADA ni la AEDN son organizaciones que tengan relación alguna con la defensa de los animales. De hecho, resulta más bien al contrario, pues son asociaciones que no tiene tampoco ningún problema en aceptar el uso de animales como comida. Si organizaciones como estas, que no tienen simpatías por el respeto a los animales han hecho público un posicionamiento de este tipo, ello se debe únicamente a que ello es lo que resulta científicamente riguroso.





No participes en el secuestro, explotación o asesinato de miles de millones de animales cada año.
Busca alternativas validas( ropa sintética, alimentos de origen vegetal etc..)

Anímate y hazte vegano o vegana!

Mi mayor desilusión con Rusía



La idea del Estado, el principio autoritario, se encuentra en bancarrota tras la experiencia de la Revolución Rusa. Si tuviese que resumir mi argumento completo en una frase, diría: La tendencia inherente del Estado es a concentrar, reducir y monopolizar todas las actividades sociales; la naturaleza de la revolución es, por el contrario, crecer, ensancharse y diseminarse en círculos cada vez más amplios. En otras palabras, el Estado es institucional y estático; la revolución es fluida y dinámica. Estas dos tendencias son incompatibles y mutuamente destructivas. La idea del estado asesinó a la Revolución Rusa y deberá tener el mismo resultado en todas las otras revoluciones, a menos de que prevalezca la idea libertaria.

Sin embargo, yo voy aún más lejos. No son sólo el Bolcheviquismo, Marxismo y Gobernalismo los que son fatales para la revolución así como para todos los progresos humanos vitales. La principal causa de la derrota de la Revolución Rusa yace aún más profunda. Hemos de encontrarla en la misma concepción socialista de Revolución.

La idea dominante, casi generalizada, de revolución -en particular la idea Socialista- es que la revolución es un cambio violento de las condiciones sociales a través del cual una clase social, la clase trabajadora, se impone y domina a otra clase, la clase capitalista. Es la concepción de un cambio puramente físico y como tal involucra sólo un cambio en la escena política y el reordenamiento institucional. La dictadura burguesa es remplazada por la dictadura del proletariado o de su “vanguardia”: el Partido Comunista. Lenin toma el sitio de los Romanovs, el Gabinete Imperial es rebautizado como Soviet del Comisario del Pueblo, Trotsky es nombrado Ministro de Guerra y un trabajador se convierte en el Gobernador Militar General de Moscú. Esa es, en esencia, la concepción Bolchevique de la revolución tal y como se traduce en la práctica. Y con un par de alteraciones menores es también la idea sostenida por todos los demás Partidos Socialistas.

Esta concepción es inherente y fatalmente falsa. La revolución sí que es un proceso violento. Pero si ésta resulta sólo en un cambio de dictadura, en un intercambio de nombres y personalidades políticas, entonces difícilmente vale la pena. Definitivamente no vale toda la lucha y sacrificio, la enorme pérdida en vidas humanas y valor cultural que resultan de toda revolución. Si esa revolución fuese a traer alguna vez mayor bienestar social (que no ha sido el caso en Rusia), tampoco valdría el espantoso precio pagado: meras mejoras pueden ser aplicadas sin necesidad de una sangrienta revolución. No son paliativos ni reformas lo que se busca alcanzar con la revolución tal como la concibo yo.

En mi opinión -reafirmada mil veces por la experiencia rusa- la gran misión de la revolución, de la revolución social, es una transvaloración fundamental de los valores. Una transvaloración no sólo de los valores sociales, sino de los humanos. Éstos últimos son incluso primordiales, ya que son la base de todos los valores sociales. Nuestras condiciones e instituciones descansan en estas ideas profundamente asentadas. Cambiar esas condiciones y a la vez dejar esas ideas y valores de fondo intactos implica una transformación meramente superficial que no podrá ser permanente o traer mejoras reales. Es un cambio sólo de forma, no de substancia, como Rusia comprobó tan trágicamente.

Es a la vez el gran error y la gran tragedia de la Revolución Rusa el haber apuntado (liderando el partido político regente) a cambiar sólo las instituciones y condiciones mientras que ignoraba completamente los valores humanos y sociales involucrados en la Revolución. Peor aún, en su loca pasión por el poder, el Estado Comunista incluso buscó reforzar y profundizar las mismas ideas y concepciones que la Revolución había venido a destruir. Apoyó y alentó las peores cualidades antisociales y destruyó sistemáticamente la recién despierta conciencia acerca de los nuevos valores revolucionarios. El sentido de justicia e igualdad, de amor a la libertad y de fraternidad humana -esos fundamentos de la regeneración real de la sociedad- fueron suprimidos al punto de su exterminio por parte del Estado Comunista.

El sentido de igualdad, instintivo en el hombre, fue etiquetado como un débil sentimentalismo; la dignidad humana y la libertad se volvieron supersticiones burguesas; la santidad de la vida, la cual es la misma esencia de la reconstrucción social, fue condenada como no-revolucionaria, incluso como contra-revolucionaria. Esta perversión de los valores fundamentales traía consigo la semilla de la autodestrucción.

Con la concepción de que la Revolución era sólo un medio para conseguir el poder político, era inevitable que todos los valores revolucionarios debieran estar subordinados a las necesidades del Estado Socialista; es más, serían aprovechados para promover la seguridad del poder gubernamental recientemente adquirido. Las Razones de Estado bajo la máscara de los intereses de la Revolución y del Pueblo, se convirtieron en el único criterio de acción, incluso de sentimiento. La violencia, trágica consecuencia inevitable de la agitación revolucionaria, se convirtió en una costumbre establecida, un hábito, y fue enseguida entronada como la institución más poderosa e ideal. ¿No fue el mismo Zinoviev quien canonizó a Dzerzhinsky, el cabeza de la sangrienta Tcheka, como Santo de la Revolución? ¿No se le dieron acaso los mayores honores públicos de parte del Estado a Uritsky, el fundador y sádico jefe de la Tcheka de Petrogrado?

*

Esta perversión de los valores éticos pronto se cristalizó en el todopoderoso eslogan del Partido Comunista: el fin justifica los medios. De manera similar, en el pasado la Inquisición y los Jesuitas adoptaron este lema y subordinaron a él toda moral. Y este lema se vengó de los Jesuitas tanto como se vengó de la Revolución Rusa. Al despertar de este eslogan le siguió la mentira, el engaño, la hipocresía y la traición, el asesinato, abierto y secreto. Debiera ser de sumo interés para los estudiosos de la psicología social que dos movimientos tan ampliamente separados en el tiempo y en las ideas como los Jesuitas y el Bolcheviquismo alcanzaran resultados exactamente iguales en la evolución del principio de que el fin justifica los medios. El paralelo histórico, casi enteramente ignorado hasta ahora, contiene una lección de la mayor importancia para todas las revoluciones porvenir y para el futuro completo de la raza humana.

No hay mayor falacia que la creencia de que los objetivos y propósitos son una cosa, mientras que los métodos y tácticas son otra. Esta concepción es una potente amenaza para la regeneración social. Toda la experiencia humana nos enseña que los métodos y los medios no pueden separarse del objetivo final. Los medios empleados, a través de los hábitos personales y las prácticas sociales, pasan a formar parte del propósito final; lo influencian, lo modifican, y finalmente los medios y los objetivos se tornan idénticos. Lo sentí desde el día de mi llegada a Rusia, primero vagamente y luego cada vez más clara y conscientemente. Los maravillosos e inspiradores objetivos de la Revolución se fueron nublando y oscureciendo tanto por los medios utilizados por el poder político regente que era difícil distinguir los medios temporales del propósito final. Psicológica y socialmente, los medios necesariamente influencian y alteran a los objetivos. La historia completa del hombre es una prueba continua de la máxima de que despojar a los métodos de los conceptos éticos implica hundirse en las profundidades de un profundo proceso de desmoralización. Ahí yace la tragedia de la filosofía Bolchevique así como fue aplicada en la Revolución Rusa. Que la lección no sea en vano.

Ninguna revolución puede triunfar como factor de liberación a menos que los medios utilizados para llevarla a cabo sean idénticos, en tendencia y espíritu, a los propósitos que se desea alcanzar. La revolución es la negación de lo existente, una protesta violenta contra la inhumanidad del hombre hacia el hombre y todas las esclavitudes que eso conlleva. Es la destrucción de los valores de dominación sobre los cuales se ha construido un complejo sistema de injusticia, opresión y errores, sustentado en la brutalidad y la ignorancia. Es el heraldo de nuevos valores, es quien conduce la transformación de las relaciones más básicas del hombre con el hombre, y del hombre con la sociedad. No es una mera reformadora, que parcha algunos males sociales; no es un mero cambio de formas e instituciones; no es una redistribución del bienestar social. Es eso, pero es aún más, mucho más. Es, en primer lugar y más que nada, el transvalorados que porta nuevos valores. Es la maestra de la nueva ética, inspirando al hombre con un nuevo concepto acerca de la vida y sus manifestaciones en las relaciones sociales. Es la regeneradora mental y espiritual.

Su primer principio ético es que tanto los propósitos como los medios utilizados deben ser idénticos. El fin último de todos los cambios sociales revolucionarios es establecer la santidad de la vida humana, la dignidad del hombre, el derecho de cada ser humano a la libertad y el bienestar. Si no fuese ése el objetivo esencial de la revolución, entonces el cambio violento de la realidad social no tendría justificación alguna. Porque las alteraciones sociales externas pueden ser -y han sido- alcanzadas mediante el proceso normal de la evolución. La revolución, por el contrario, implica no sólo cambios externos, sino internos, básicos, fundamentales. Ese cambio interno de conceptos e ideas, permeando estratos sociales cada vez más amplios, finalmente termina en la agitación violenta que se conoce como revolución. ¿Debiera ese clímax invertir el proceso de transvaloración, ponerse en su contra, traicionarlo? Eso es lo que sucedió en Rusia. Por el contrario, la revolución misma debiera acelerar y llevar a cabo el proceso del cuál ella es la expresión culmine; su misión principal es inspirarlo, llevarlo a las mayores alturas, darle pleno espacio a su expresión. Sólo así la revolución puede ser fiel a sí misma. Llevado a la práctica, esto significa que el período de la revolución actual, la tan llamada etapa de transición debe ser la introducción, el preludio de las nuevas condiciones sociales. Es el umbral a la nueva vida, la nueva casa del hombre y la humanidad. Como tal, el espíritu de esta nueva vida debe ser armonioso con la construcción del nuevo edificio.

El hoy es el padre del mañana. El presente proyecta su sombra hacia el futuro. Esa es la ley de la vida, individual y social. La revolución que se despoja a sí misma de los valores éticos sienta de ese modo las bases de la injusticia, el engaño y la opresión de la sociedad futura. Los medios utilizados para preparar el futuro se convierten en su Piedra angular. Somos testigos de la trágica condición de Rusia. Los métodos de la centralización estatal han paralizado la iniciativa individual y el esfuerzo; la tiranía de la dictadura ha intimidado a la gente y la ha llevado a la sumisión servil, y más que nada, extinguió el fuego de la libertad; el terrorismo organizado ha depravado y embrutecido a las masas y ha sofocado todas las aspiraciones idealistas; el asesinato institucionalizado ha degradado la vida humana, y ha eliminado todo el sentido de la dignidad del hombre y del valor de la vida humana; la coacción en cada paso ha hecho del esfuerzo una amargura, del trabajo un castigo, ha transformado la existencia completa en un esquema de engaño mutuo, y ha reavivado los instintos más bajos y brutales del hombre. Una herencia lamentable para comenzar una nueva vida de libertad y hermandad.

No puede ser suficientemente enfatizado que la revolución será en vano a menos que esté inspirada en sus ideales primordiales. Los métodos revolucionarios deben estar en sintonía con los medios revolucionarios. Los medios utilizados para llevar a cabo la revolución deben estar en armonía con sus propósitos. En resumen, los valores éticos que la revolución quiere instalar en la nueva sociedad deben tener su inicio en las actividades revolucionarias del tan llamado período de transición. Esto último puede servir como un puente real y fiable hacia una vida mejor sólo si está construido del mismo material que la vida que queremos alcanzar. La revolución es el espejo del día por venir; es el niño que llegará a ser el Hombre de Mañana.
Emma Goldman

¿Qué es el anarquismo?


Introducción

El anarquismo es probablemente la corriente política más desconocida y de la que se han dicho mayor numero de falsedades.

No es casualidad que la siniestra imagen del anarquista loco haya cobrado tanta aceptación. El Estado, la prensa, y porque no decirlo numerosos colectivos o individualidades que se auto-denominan anarquistas sin cuestionar realmente los medios que utilizan para llegar a su objetivo, o sin ni si quiera cuestionar el propio objetivo; sirven para presentar la anarquía como un estado impensable de caos y desorganización.

La necesidad de autoridad está tan arraigada que, la anarquía resulta impensable para la mayoría de la gente, que a su misma vez admiten que las leyes, los representantes políticos, los impuestos,  y abusos de poder son como mínimo irritantes. Por lo general se piensa que no hay más remedio que aguantar en silencio porque la alternativa de "falta de poder, de autoridad y todo el mundo haciendo su propia voluntad" sería horrible.  Sería la anarquía.


Otro error típico de aquéllos que saben algo más sobre el tema, es pensar que el anarquismo es una bella utopía, una idea hermosa pero impracticable. Incluso si se consigue la revolución social; esta no sería una utopía, ya que las relaciones personales seguirían existiendo y la sociedad tendría que aprender a resolver las diferentes situaciones y problemas que se planteasen.

Ahora mismo vivimos en el caos. Millones de personas están en el paro, mientras otras están sobrecargadas de trabajo, de un trabajo por demás repetitivo y rutinario. Hay gente que se muere de hambre a la vez que se está arrojando comida al mar para mantener los precios y todo esto en el clima de democrácia y paz social que nos venden como la mejor forma de organizar la sociedad.

La mayor parte de los asesinatos son crímenes pasionales  o contra la propiedad. En una sociedad más cuerda y menos frustrante no habrá tanta criminalidad, además que si nosotros/as , como miembros de una comunidad local, fuéramos dueños/as de todos los recursos y los colectivizáramos, sería absurdo robar. Un importante motivo delictivo desaparecería.

Estas comunidades necesitarían organizar algún medio con que tratar a aquellos individuos que perjudicaran a los demás. En lugar de varios miles de policías profesionales, todos/as nos protegeríamos mutuamente.

Las cárceles son un fracaso a la hora de mejorar o reformar a los presos/as. La comunidad, conociendo mejor las circunstancias personales de cada cual, aportarían soluciones mejores y más adecuadas . Por otra parte, el actual sistema penal es el responsable de la creación de un comportamiento delictivo. Los presos que cumplen una condena larga a menudo se convierten en seres incapaces de sobrevivir fuera de una institución que tome todas las decisiones por ellos. ¿Cómo puede llegarse a la conclusión de que encerrar a unas personas con otras de carácter antisocial  va a desarrollar en el individuo un modelo de comportamiento responsable y razonable?

Naturalmente, lo que ocurre es todo lo contrario: la mayoría de los presos/as reinciden.
Otra pregunta: ¿y qué pasaría con aquella persona que se negara a trabajar? Se puede aplicar presión social, hacerle ver que es necesario para la comunidad que colabore. En casos drásticos la comunidad podría verse obligada a expulsar a alguien.

Sin embargo, la gente necesita trabajar. La gente tiene una verdadera necesidad creativa.
En esta sociedad el trabajo es efectivamente un tormento, y naturalmente lo odiamos. Eso no quiere decir que seamos vagos/as por naturaleza sino que no nos gusta que nos traten como si fuéramos máquinas, obligadas a hacer un trabajo en su mayor parte desprovisto de significado, para beneficio de otro. El trabajo no tiene porqué ser así, y si estuviera controlado por la gente que lo desempeña, desde luego no lo sería. Si nos deshiciéramos de la parásita clase dirigente, nos liberaríamos de gran parte de la presión económica que nos obliga a trabajar.

En cuanto a la producción; se debe producir y consumir a escala local mientras sea posible. Sin embargo, algunos servicios tendrían que tratarse a nivel regional o incluso a mayor escala. Esto no es un problema irresoluble, de hecho la clase trabajadora del Estado Español encontró soluciones en los años 30. La Compañía de Autobuses de Barcelona dobló sus servicios, hizo generosas contribuciones al colectivo y produjo armas para el frente en los talleres de autobuses. Todo esto se consiguió con un número de trabajadores bastante reducido, ya que muchos se habían ido al frente para combatir el fascismo. Este increíble aumento de la eficacia, a pesar de la guerra y de la escasez de materiales, no es tan sorprendente después de todo, porque ¿quién puede dirigir una compañía de autobuses de la forma más idónea? Obviamente sus trabajadores/as.

Los delegados/as eran portavoces de las decisiones tomadas en asamblea por todos los compañeros y el cargo de delegado se rotaba con frecuencia.

Los delegados/as podían ser revocados inmediatamente en caso de que no cumplieran con el cometido de ser meros portavoces de la asamblea (principio de revocabilidad). Esta es una buena muestra de los principios anarquistas de la libre federación llevada a la práctica.


EL ANARQUISMO EN ACCIÓN
Si has leído este texto hasta aquí te habrás hecho ya una idea razonable de lo que es una sociedad anarquista. El problema es cómo llegar a ella.


Si empiezas a poner práctica las ideas expuestas en las siguientes páginas, empezarás a crear tu propia versión de anarquismo.  ¡Discute tus ideas con tus amigos/as, lee más sobre el anarquismo, habla con otros anarquistas!Piensa por ti mismo/as, pero difunde tus ideas de forma colectiva. Es la única manera.

- Como organizarse:
Tradicionalmente, los anarquistas siempre han pensado que el problema fundamental es que el mundo está dividido en "esclavos/as asalariados" y jefes. Si pudiéramos librarnos de los jefes y dirigir nuestras vidas nosotros/as mismos/as, en beneficio de nuestras necesidades y no de las suyas, mejoraríamos y transformaríamos claramente cada área de nuestra vida.

A diferencia de los marxistas y otros pseudo-comunistas, creemos que al menos debemos intentar poner en práctica nuestros principios en el día a día. Si crees en la igualdad, trata a los demás como iguales siempre que puedas. Puede que a un marxista le resulte más fácil que a un anarquista olvidar el maltrato al que Marx sometía a sus criados/as y a su mujer.

La forma en que nos tratamos refleja la totalidad de la sociedad. En una sociedad desequilibrada la gente se trata mal. Si nos tratamos mal, da igual la sociedad que busquemos, ya que reproduciremos otra sociedad desequilibrada.No queremos seguidores/as ni necesitamos intelectuales de la clase obrera( y si no son obreros, aun menos).

Así que participa en la calle en colectivos afines, o créalos si no existen, organiza actos y movilizaciones para difundir el anarquismo. Crea colectivos asamblearios de producción,distribución,consumo, propaganda, acción o de debate.
Si estás interesado/as, lee más, habla con los anarquistas de tu localidad, reflexiona sobre las ideas. Hay mucho que hacer.

03 abril 2013

De raíz contra el sexismo





Desde distintos colectivos se manifiestan las ideas utilizando un lenguaje inclusivo para referirnos a ambos sexos, en lugar de utilizar el masculino(los) para el plural; por eso oiremos eso de trabajadoras y trabajadores, los y las estudiantes, o parado/as)

¿Y es que no da lo mismo utilizar sólo el masculino que
engloba a todos? Es el típico argumento que utilizan las personas ante este uso de la lengua, argumentando que el lenguaje no soluciona la totalidad de los problemas derivados del genero, el sexismo o el patriarcado, y que no es el problema fundamental, además de que es la forma más fácil de expresarnos tradicionalmente.
Es cierto que la sociedad asimila el uso del masculino al plural, y además que el lenguaje no soluciona la totalidad de los problemas de desigualdad, pero tal y como el sexismo se aprende, el lenguaje no sexista también, y por esta razón debemos hacer uno esfuerzo en nuestra forma de pensar y de hablar, y poco a poco en nuestra vida cotidiana iremos asimilando que con el lenguaje se construye el pensamiento y esto refuerza la lucha contra la desigualdad y el sexismo.

Investigaciones sobre como afecta la lingüística en nuestra concepción de las cosas y
las personas nos muestran que la ocultación de la mujer
en el lenguaje, o la utilización de palabras de un género u otro dependiendo de si lo
que queremos designar es bueno o malo, así como la percepción de mayor valoración para profesiones si las utilizamos en masculino en lugar de en femenino, son ejemplos de que el lenguaje es importante en la imagen subconsciente que nos creamos de nuestra sociedad y las personas que la componen y en la manera en que las percibimos y como las valoramos.

Se hace imprescindible para superar las desigualdades entre hombre y
mujer,y para hacerlo es necesario entre otras cosas, la ruptura con los roles tradicionales y el reconocimiento de
las mujeres tanto en la historia como en el lenguaje, asumiendo que lo que no se nombra no existe de la misma forma que lo que se nombra.

Debemos plantearnos esta nueva forma de expresarnos como la base desde donde afrontar el conflicto en los roles de cada genero, al igual que se afrontan el conflicto de clases, y no caer en la excusa fácil, y el error de que es mas importante hablar del proletariado, la mercancía, cuestionar la existencia del dinero o la destrucción del estado que del patriarcado. Todos estos asuntos se hacen imprescindibles para la construcción de una sociedad anarquista, pero siempre combinando el medio de alcanzarlo con el fin que se alcanza, y no utilizando el lenguaje del sistema actual, su forma de actuar para, de forma espontánea y por arte de magia alcanzar una sociedad justa e igualitaria. Eso es mucho más utópico que lo que nosotros y nosotras queremos..