15 abril 2013

¿Qué es el anarquismo?


Introducción

El anarquismo es probablemente la corriente política más desconocida y de la que se han dicho mayor numero de falsedades.

No es casualidad que la siniestra imagen del anarquista loco haya cobrado tanta aceptación. El Estado, la prensa, y porque no decirlo numerosos colectivos o individualidades que se auto-denominan anarquistas sin cuestionar realmente los medios que utilizan para llegar a su objetivo, o sin ni si quiera cuestionar el propio objetivo; sirven para presentar la anarquía como un estado impensable de caos y desorganización.

La necesidad de autoridad está tan arraigada que, la anarquía resulta impensable para la mayoría de la gente, que a su misma vez admiten que las leyes, los representantes políticos, los impuestos,  y abusos de poder son como mínimo irritantes. Por lo general se piensa que no hay más remedio que aguantar en silencio porque la alternativa de "falta de poder, de autoridad y todo el mundo haciendo su propia voluntad" sería horrible.  Sería la anarquía.


Otro error típico de aquéllos que saben algo más sobre el tema, es pensar que el anarquismo es una bella utopía, una idea hermosa pero impracticable. Incluso si se consigue la revolución social; esta no sería una utopía, ya que las relaciones personales seguirían existiendo y la sociedad tendría que aprender a resolver las diferentes situaciones y problemas que se planteasen.

Ahora mismo vivimos en el caos. Millones de personas están en el paro, mientras otras están sobrecargadas de trabajo, de un trabajo por demás repetitivo y rutinario. Hay gente que se muere de hambre a la vez que se está arrojando comida al mar para mantener los precios y todo esto en el clima de democrácia y paz social que nos venden como la mejor forma de organizar la sociedad.

La mayor parte de los asesinatos son crímenes pasionales  o contra la propiedad. En una sociedad más cuerda y menos frustrante no habrá tanta criminalidad, además que si nosotros/as , como miembros de una comunidad local, fuéramos dueños/as de todos los recursos y los colectivizáramos, sería absurdo robar. Un importante motivo delictivo desaparecería.

Estas comunidades necesitarían organizar algún medio con que tratar a aquellos individuos que perjudicaran a los demás. En lugar de varios miles de policías profesionales, todos/as nos protegeríamos mutuamente.

Las cárceles son un fracaso a la hora de mejorar o reformar a los presos/as. La comunidad, conociendo mejor las circunstancias personales de cada cual, aportarían soluciones mejores y más adecuadas . Por otra parte, el actual sistema penal es el responsable de la creación de un comportamiento delictivo. Los presos que cumplen una condena larga a menudo se convierten en seres incapaces de sobrevivir fuera de una institución que tome todas las decisiones por ellos. ¿Cómo puede llegarse a la conclusión de que encerrar a unas personas con otras de carácter antisocial  va a desarrollar en el individuo un modelo de comportamiento responsable y razonable?

Naturalmente, lo que ocurre es todo lo contrario: la mayoría de los presos/as reinciden.
Otra pregunta: ¿y qué pasaría con aquella persona que se negara a trabajar? Se puede aplicar presión social, hacerle ver que es necesario para la comunidad que colabore. En casos drásticos la comunidad podría verse obligada a expulsar a alguien.

Sin embargo, la gente necesita trabajar. La gente tiene una verdadera necesidad creativa.
En esta sociedad el trabajo es efectivamente un tormento, y naturalmente lo odiamos. Eso no quiere decir que seamos vagos/as por naturaleza sino que no nos gusta que nos traten como si fuéramos máquinas, obligadas a hacer un trabajo en su mayor parte desprovisto de significado, para beneficio de otro. El trabajo no tiene porqué ser así, y si estuviera controlado por la gente que lo desempeña, desde luego no lo sería. Si nos deshiciéramos de la parásita clase dirigente, nos liberaríamos de gran parte de la presión económica que nos obliga a trabajar.

En cuanto a la producción; se debe producir y consumir a escala local mientras sea posible. Sin embargo, algunos servicios tendrían que tratarse a nivel regional o incluso a mayor escala. Esto no es un problema irresoluble, de hecho la clase trabajadora del Estado Español encontró soluciones en los años 30. La Compañía de Autobuses de Barcelona dobló sus servicios, hizo generosas contribuciones al colectivo y produjo armas para el frente en los talleres de autobuses. Todo esto se consiguió con un número de trabajadores bastante reducido, ya que muchos se habían ido al frente para combatir el fascismo. Este increíble aumento de la eficacia, a pesar de la guerra y de la escasez de materiales, no es tan sorprendente después de todo, porque ¿quién puede dirigir una compañía de autobuses de la forma más idónea? Obviamente sus trabajadores/as.

Los delegados/as eran portavoces de las decisiones tomadas en asamblea por todos los compañeros y el cargo de delegado se rotaba con frecuencia.

Los delegados/as podían ser revocados inmediatamente en caso de que no cumplieran con el cometido de ser meros portavoces de la asamblea (principio de revocabilidad). Esta es una buena muestra de los principios anarquistas de la libre federación llevada a la práctica.


EL ANARQUISMO EN ACCIÓN
Si has leído este texto hasta aquí te habrás hecho ya una idea razonable de lo que es una sociedad anarquista. El problema es cómo llegar a ella.


Si empiezas a poner práctica las ideas expuestas en las siguientes páginas, empezarás a crear tu propia versión de anarquismo.  ¡Discute tus ideas con tus amigos/as, lee más sobre el anarquismo, habla con otros anarquistas!Piensa por ti mismo/as, pero difunde tus ideas de forma colectiva. Es la única manera.

- Como organizarse:
Tradicionalmente, los anarquistas siempre han pensado que el problema fundamental es que el mundo está dividido en "esclavos/as asalariados" y jefes. Si pudiéramos librarnos de los jefes y dirigir nuestras vidas nosotros/as mismos/as, en beneficio de nuestras necesidades y no de las suyas, mejoraríamos y transformaríamos claramente cada área de nuestra vida.

A diferencia de los marxistas y otros pseudo-comunistas, creemos que al menos debemos intentar poner en práctica nuestros principios en el día a día. Si crees en la igualdad, trata a los demás como iguales siempre que puedas. Puede que a un marxista le resulte más fácil que a un anarquista olvidar el maltrato al que Marx sometía a sus criados/as y a su mujer.

La forma en que nos tratamos refleja la totalidad de la sociedad. En una sociedad desequilibrada la gente se trata mal. Si nos tratamos mal, da igual la sociedad que busquemos, ya que reproduciremos otra sociedad desequilibrada.No queremos seguidores/as ni necesitamos intelectuales de la clase obrera( y si no son obreros, aun menos).

Así que participa en la calle en colectivos afines, o créalos si no existen, organiza actos y movilizaciones para difundir el anarquismo. Crea colectivos asamblearios de producción,distribución,consumo, propaganda, acción o de debate.
Si estás interesado/as, lee más, habla con los anarquistas de tu localidad, reflexiona sobre las ideas. Hay mucho que hacer.

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